Historia de un paciente: la vida con diabetes en Nicaragua

Doña Laura y Don José son pacientes que necesitan un seguimiento constante. En la clínica, no sólo reciben la medicación, sino que también se someten a exámenes y aprenden más sobre su enfermedad. Cuando se tiene diabetes, hay que vigilar la salud a diario para evitar complicaciones: sobre todo, controlar los niveles de azúcar en la sangre y tomar la medicación con regularidad.

Doña Laura es una paciente ejemplar: acude regularmente a la clínica, escucha los consejos de los voluntarios y los sigue de cerca. Sin embargo, a pesar del tratamiento, su condición no es tan estable como podría ser.

Y es que los medicamentos que necesita Doña Laura se almacenan a una temperatura muy baja, que en el clima nicaragüense no es fácil de asegurar. Así que tiene que comprar hielo para guardarlo y a veces incluso tiras reactivas para el medidor de glucosa. Son un elemento que se consume bastante en nuestra clínica y se agotan rápidamente. Cuando eso ocurre, Doña Laura a veces tiene que elegir entre una cena saciante y su salud.

Las complicaciones de la diabetes son más fáciles de prevenir que de tratar. Don José tiene el síndrome del pie diabético, en el que los tejidos pierden sensibilidad y mueren. Esto crea heridas que se curan lentamente y que pueden llevar a la amputación si no se tratan. Los voluntarios llevan cuatro meses tratando la pierna de Don José una vez a la semana. Utilizan solución salina, toallitas estériles y pomada antibiótica. Don José también recibe medicación para su diabetes. Gracias a este tratamiento no perderá la pierna.

La diabetes es una enfermedad incurable, pero con la medicación y el control regular, el paciente puede mantenerse sano y sentirse cómodo.
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